Emily Elizabeth Ward

Una artista inglesa que retrató al naciente México

 

Gisela von Wobeser

En 1825, a sólo cuatro años del inicio de la vida independiente, arribó a México Emily Elizabeth Ward junto con su esposo Henry George Ward, quien había sido el primer representante diplomático de Inglaterra en México, cargo en el que había permanecido hasta 1824, y ahora regresaba como encargado de negocios, enfocado primordialmente en el rubro de la minería, uno de los principales atractivos comerciales e industriales que ofrecía el país. A su llegada, Emily Ward, cuyo apellido de soltera era Swinburne, estaba a punto de tener a su primera hija, por lo cual tuvo que ser transportada en litera de Veracruz a la Ciudad de México.

Durante sus viajes, los Ward observaron minuciosamente el país, su belleza natural, sus centros urbanos y mineros, sus costumbres, la indumentaria de sus habitantes y la vida política. Mientras Henry Ward utilizaba la palabra para retener sus impresiones, Emily se valía del dibujo. Como parte de la estrategia para fomentar las relaciones entre México e Inglaterra, Henry escribió el libro México en 1827, que incluyó trece litografías basadas en dibujos de Emily, realizadas por los grabadores J. Clark y John Pie. Este último era conocido por los grabados que había hecho para el renombrado paisajista inglés William Turner.

Un año más tarde, a instancias de Ward, Henry Colburn editó un álbum con seis de esas trece litografías sobre distintos distritos mineros –grabadas por Pie–, el cual apareció bajo el título Seis panorámicas de los más importantes poblados y distritos mineros del altiplano de México. Aunque no se conservan los dibujos originales de Emily, podemos suponer que las litografías respetaron sus diseños, ya que todos guardan un mismo estilo, independientemente de quién los haya ejecutado.

En las imágenes se refleja la gran calidad artística de Emily Ward. Manejó magistralmente la línea y supo dar a sus composiciones, a la vez, fuerza y delicadeza. Gracias a un acertado tratamiento de los volúmenes y los claroscuros, logró una gran plasticidad. Aunque la mayoría de ellas incluye la representación de algún asentamiento minero, un pueblo, una villa o alguna escena de la vida en México, es el paisaje el tema principal de sus composiciones, particularidad que la ubica dentro de la corriente de la pintura paisajista inglesa, representada magistralmente por sus contemporáneos: el mencionado Turner y John Constable.

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